Hace pocos días escuché en We Can Do Hard Things, el podcast de Glennon Doyle, un episodio donde entrevista a Reese Witherspoon y el tema fue de sobre la importancia de tener una red de amigos.
Algo que llamó mi atención durante la conversación fue la mención a los tres tipos de personas que se conocen en la vida: el primer grupo son las personas que creen en ti, que te levantan cuando caes, que te motivan y a quienes tú motivas también.
El segundo grupo son personas neutrales: no les importas ni te importan, y pasan de largo por la vida.
Sin embargo, el tercer grupo son quienes te quieren tirar, aquellos que por alguna razón quieren ponerte obstáculos para que te caigas. Su interés puede ser consciente o inconsciente, pero es evidente que no quieren verte triunfar.
El desafío es evitar a las personas del tercer grupo y encontrar y estar en contacto frecuente con quienes tienen un interés genuino en ti. Aquellos amigos que se alegran de tus victorias y te acompañan en tiempos inciertos.
Uno de los valores más apreciados en una relación de amigos es el saberse escuchado con la certeza de que podemos confiar en el otro. El alma necesita desahogarse.
Los amigos son un tesoro
Algunos dicen que la vida es como un tren en movimiento, donde hay personas que nos acompañan cierto tramo del viaje hasta que bajan en una estación y no vuelven a subir; y también hay personas que suben y nos acompañan el resto del trayecto.
Al hacernos adultos se complica encontrar buenos amigos, entre otras razones, porque tenemos menos tiempo para dedicarnos a conocer a los otros y crear vínculos.
¿Has puesto atención en la cantidad de contactos que tienes en tu teléfono o en redes sociales? ¿Cuántos de ellos son realmente tus amigos? ¿Hay alguien que te haya dicho que no deberías hacer algo porque no lo ibas a lograr?
Una de las mejores decisiones que he hecho fue unirme a un grupo de tejido. Además de divertido, conocí mujeres muy talentosas que siempre nos animábamos unas a otras a intentar alguna prenda nueva, un punto difícil. Y mientras tejíamos íbamos escuchándonos y compartiendo la vida. Luego llegó el COVID y dejamos de vernos, aunque mantenemos nuestro grupo de WhatsApp. Ellas representan para mí la importancia de tener una red de amigas.
Hay amigos que por causas de la vida dejamos de vernos, pero están ahí, cercanos en la distancia. Hace algunos meses busqué a una amiga que no he visto en años porque vive en los Estados Unidos y no hemos podido vernos. Trabajamos juntas algunos años, y era muy cercana. La busqué porque la he extrañado mucho y dejamos de estar en contacto. Le quería decir que era importante para mí y me hizo muy feliz volver a hablar con ella. La busqué porque quiero que sigamos caminando juntas.

Haciendo nuevas amigas
En el voluntariado que hago en Junior League México, y recientemente en el programa Intégrate Mujer he encontrado grupos de mujeres maravillosas, unidas con la intención de ser mejores y ayudar a la comunidad. Hemos creado espacios de apoyo, crecimiento y confianza.
Hubo un tiempo en el que tuve la creencia de que si le importas a alguien deberían buscarte primero. Gran equivocación. Aunque sea un mensaje corto quiero estar en contacto con la gente que me importa.
A veces hay amistades que terminan y está bien. Tampoco podemos ir por la vida arrastrando relaciones que solo existen por costumbre.
Te invito a dedicar unos minutos antes de ir a dormir para recordar a tus amigos y agradecer su presencia en tu vida. Y cuando pienses en ellos envíales una nota o llámales por teléfono. O simplemente cierra los ojos y desea que les vaya bien.
Si te interesa escuchar la entrevista completa de Reese Whiterspoon te dejo el link: