Pasé muchos años viviendo muy acelerada, asumiendo que mientras más corría más hacía. Considerando que vivo en la Ciudad de México, esa actitud es bastante común. No le daba importancia a las pausas o a poner atención a las pequeñas cosas que nos significan.
Para mí, una de las enormes lecciones de la pandemia fue el detenerme, ver hacia adentro y entender que no tengo control de las cosas por más que me esfuerce; reconocer que tengo los recursos que necesito para salir adelante y simplemente confiar en la vida.
Hay procesos que tienen su propio movimiento y no dependen de nuestra voluntad. Solamente debemos estar atentos a las señales y hacer nuestro mejor esfuerzo.
Hace años, estudiaba Aplicación Mental con Coco del Río, una excelente maestra. Y algo que se me quedó muy grabado fue que cuando no supiéramos qué más hacer en una situación donde hubiéramos hecho lo que nos fue posible, simplemente deberíamos dejar de esforzarnos y no hacer nada.
Stillness, quietud, hacer una pausa y permitir que las cosas tomen el rumbo que corresponde. Esto es un gran reto en el tiempo que vivimos, donde aprendemos que el resultado depende del esfuerzo que hacemos, y esto no es necesariamente verdad.
Algo que me ha dado muy buen resultado es hacer una revisión de las pequeñas cosas que me significan y hacen feliz, como tener flores en casa, los olores cítricos y los atardeceres. Trato de observar y conectar con algo que me haga sentir bien. ¿Qué he descubierto? Florerías y tiendas de plantas, donde me inspiro y siempre salgo muy contenta.

El otro día salí a caminar con Momo mi perra, y nos encontramos un colibrí que se paró justo frente a nosotras. No sé cuánto duró ese momento. No podía sacar el teléfono para tomar una foto porque se podía espantar el colibrí. Solamente agradecí ese momento de encuentro y lo guardé en el baúl de los recuerdos hermosos del corazón.
Mis gustos no tienen que ser iguales a los de otras personas, y está bien. No es una competencia. Lo que me enriquece es compartir lo que me gusta y aprender de otras personas. En eso, he encontrado mucha inspiración en mis amigos, en mi mamá y en Instagram.
Muy valiosa reflexión en tiempos de profundo aprendizaje.
Gracias por compartir.
Un cálido abrazo
Grace