La práctica de la culpa se remonta a generaciones pasadas, y se ha usado para debilitar emociones positivas, destruir personalidades y hacer que las personas sean fácilmente controlables por la persona que culpa a los demás. El sentimiento de culpa y el merecimiento van de la mano junto con el sentirse invisible.
Todos nacemos sin sentimientos de culpa. El sentirnos culpables lo aprendimos de personas de nuestro entorno mientras crecíamos. La buena noticia es que así como aprendimos los sentimientos de culpa, los podemos desaprender.
Cuando se hace sentir culpable a otro, se le puede manejar emocionalmente. Al controlar las emociones de otros se les puede manipular para hacer lo que se desee. La culpa destruye la autoestima y disminuye la resistencia a ser controlado por otros.
Cuando la culpa se usa deliberadamente es por dos propósitos: control y manipulación.
Los sentimientos de culpa e inferioridad hacen que una persona se perciba como víctima de la vida, de las circunstancias, el destino, la sociedad y muchos otros factores.
Cuando los niños son criticados constantemente a medida que crecen, comienzan a criticarse. Y esta autocrítica se manifiesta en compararse negativamente con otros. A su alrededor ven a otros chicos que lo hacen mejor que ellos, ya sea al practicar deportes, o en clases, o al socializar, y se sientes culpables y asumen que hay algo mal en ellos y los demás son mejores
El error de compararse con los demás
Una persona viviendo con culpa piensa que si alguien más está mejor, es porque tiene un mayor valor. Por esta razón, los sentimientos de culpa hacen sentir a una persona que es inútil. Una persona que se siente inútil, disminuida y de poco valor, se vuelve insegura, pesimista, enojada e insatisfecha.
Eliminar sentimientos de culpa
Existen diferentes técnicas para eliminar el sentirse culpable. Aquí les presento estos cuatro pasos a seguir para desaprender los sentimientos de culpa arraigados desde la infancia:
- Nunca te critiques. Practica la autocompasión. Usa palabras positivas hacia ti: “si puedo”, “soy responsable”, “lo lograré”.
- Evita criticar a los demás. Busca cosas positivas en otras personas. Aumenta tu autoestima y la de los demás.
- Eliminar el uso de palabras cargadas de culpa cuando te comuniques con otros, como decir “te lo dije”. No hagas sentir culpable a otra persona por algo que haya hecho.
- Evita ser manipulado por la culpa de otros. Si alguien quiere que te sientas culpable, puedes preguntarle directamente -“¿Estás tratando de hacerme sentir culpable”? Puede ser que la persona se moleste, pero seguro va a cambiar la manera de comunicarse contigo.
Un antídoto efectivo contra emociones negativas como la culpa y la falta de merecimiento, es estar ocupados haciendo algo que nos guste y reconocer nuestros logros por pequeños que parezcan. No debemos desesperarnos, es cuestión de práctica y no olvidemos que el sentimiento de culpa va de la mano con el merecimiento.
Siempre debemos tratar de sentirnos dignos de recibir lo mejor que la vida ofrece.
Muy buen artículo, muy buen consejo, tenernos ocupados!