Acabo de ver en Netflix una documental llamado “¿Qué haría Sophia Loren?” sobre una mujer de ascendencia italiana llamada Nancy Kulik que de niña veía cine italiano con sus padres y no solo admiraba a Sofia Loren al verla en diferentes películas, sino que a través de los personajes que interpretaba y sus acciones personales, fue encontrando inspiración en alguien que admiraba.
Nancy Vincenzo Kulik comparte varias reflexiones sobre los eventos de su vida, los cuales ha acomodado y asumido inspirada por su paisana Loren. Ambas son de origen napolitano, con arraigo a la familia y las tradiciones italianas. De hecho, como experta cocinera, Sophia Loren escribió tres libros de cocina con recetas de sus platos italianos favoritos. Lo hermoso del documental es que fue el origen de una amistad entre Nancy y Sophia.
Este documental me hizo pensar sobre las personas que admiramos y que tomamos como referencia en algunas etapas de la vida. Así como de adolescentes queremos peinarnos como alguna cantante de moda, o copiamos palabras para reconocernos en algún maestro o mentor, podemos ir encontrando inspiración en alguien que admiramos o que nos ayuda con ideas nuevas, en alguna frase en una película o en una canción.
Me vienen a la mente mi abuelito materno, quien es para mí una enorme inspiración de superación y perseverancia, mostrando siempre la importancia de ser congruente con tus ideas y valores. Mi papá me inspiró siempre a leer y aprender cosas nuevas, y a respetar a todos sin importar lo que hacían o de donde venían. Siempre tuvo la palabra adecuada para todo.
Tengo una amiga con quien trabajé en Atlanta y que ha sido una gran inspiración sobre organizar la casa y vivir más ligera. Mi amiga Grace por supuesto que es una gran inspiración sobre encontrar siempre el lado bueno de las cosas y saber reinventarse dejando a un lado el miedo a lo desconocido.
MI hermana Gaby es una de mis mayores inspiraciones, ya que decidió hacer un viaje en moto sola por Europa y lo planeó por más de un año: investigó, ahorró, practicó en rodadas y renunció a su trabajo, vendiendo todas sus posesiones para cumplir su sueño.
Una de las mayores alegrías de la vida son las personas a las que conocemos en el camino.
Para encontrar inspiración no tenemos que ir muy lejos. Podemos poner atención en las cosas que apreciamos de quienes admiramos. Leer, escuchar música o hablar con otras personas. Lo maravilloso de la vida es que los demás nos enriquecen si dejamos la puerta abierta.
Otra cosa: ¿has pensado que nosotros también podemos ser influencia de otras personas? Quizá no te hayas dado cuenta, pero alguna vez seguro has inspirado a alguien a iniciar algo o a no darse por vencido. Esta increíble conexión es lo que mantiene al mundo palpitando y generando ideas.
Mi muy querida siempre, Rose:
Dices bien que en la vida, vamos encontrando personas que inspiran e influyen en nuestro caminar.
Te agradezco, desde el corazón, tu mención sobre mi persona.
Quizá nunca antes te había dicho que cuando tuve que trabajar fuera de nuestra amada tierra, pensé en tí y tu coraje para trabajar en el extranjero.
Cuando me asaltaba la duda sobre mis capacidades para enfrentar y conseguir una posición, pensaba en tus admirables logros trabajando en ambientes desconocidos, en otra lengua y sistema laboral.
Créeme, que fuiste muchas veces mi impulso, la inspiración, para lograrlo, gracias, gracias por tu ejemplo de mujer congruente y comprometida a tus ideales.
Recibe un largo y cariñoso abrazo por nuestra maravillosa amistad.
¡Qué lindas tus palabras! A veces caminamos sin darnos cuenta de que vamos haciendo camino al andar, como diría Machado. Estás en mi corazón siempre❤️