Seguramente has escuchado que la mayoría de la gente que gana la lotería pierde el premio a los pocos años. ¿Porqué? Porque a veces no sabemos qué hacer cuando nos llega aquello que tanto anhelamos.
También es importante pensar para qué se quiere obtener lo que se desea. ¿Es beneficio personal? ¿Satisfacer una necesidad? ¿Algo para compartir? Y lo más importante, perseverar en la intención y agradecer.
Para enfocarnos y no dispersarnos en deseos ilimitados, es muy importante tener claro lo que queremos y escribirlo en en una libreta, agenda o lo que uses. Si haces una lista, elige tres cosas y visualiza lo que quieres, con color y forma. ¿Cómo sería tu vida con eso? Y cada día al revisar esas tres líneas avanzarás un paso que te acercará a aquello que deseas y que ya tiene un espacio intangible en tu vida.
Porque si lo tienes definido en la mente y le has dado forma con palabras, ya existe. El reto es el evitar auto sabotearnos queriendo saber cómo y cuándo llegará. Las cosas no son siempre como pensamos. De ahí la importancia de tener serenidad y paciencia.
Una antigua fábula hindú nos relata lo siguiente sobre el árbol de los deseos:
A un hombre le han contado que existe un árbol con la milagrosa facultad de hacer realidad todos los deseos del que se guarece bajo su sombra.
Este hombre, después de años de encarnizada búsqueda, encuentra ese árbol. Se sienta bajo él y piensa en una suculenta cena. De inmediato aparecen múltiples y maravillosos manjares.
Cuando se cansa de comer, imagina bellas mujeres. Aparecen entonces hermosas muchachas que le permiten satisfacer sus deseos. Ahíto de los placeres carnales, pide riquezas. Aparecen cofres llenos de joyas y monedas de oro.
El hombre comienza a temblar, temiendo que vengan a robarle sus tesoros. Entonces, aparece una banda de sanguinarios ladrones que lo cortan la cabeza y se llevan todo cuanto había acumulado.
Maestro: Llevamos el infierno y el paraíso dentro de nosotros. El árbol (que representa el mundo) nos dará aquello que proyectemos en él.
Un texto encontrado en el libro Cabaret Místico de Alejandro Jodorowsky